martes, 15 de abril de 2008

Recuerdo de una gran carrera Expedicion Berocca 80k por las montañas un Sureño y un X,2 Uruguayos.


La 4ª edición de la carrera de aventura más importante del norte argentino organizada por EcoAtletas tuvo una excepcional jornada. Hubo 203 corredores de 3 países que se dieron cita para participar de una expedición de aventura, autosuficiencia y resistencia extrema.
Cuando de aventuras de trata Tucumán es uno de los circuitos más importante del país por su variada geografía. Es por eso que el sábado 26 de mayo a las seis de la mañana más de 200 corredores aventureros eligieron estar en la rotonda de Yerba Buena para desafiarse a si mismos y atravesar los cerros tucumanos que se ven desde cualquier punto de la ciudad, allá donde por las mañanas frías de invierno se ve el garrotillo en las cumbres de las Sierras del Aconquija, allá arriba.

A las 7 de la mañana en punto, a la cuenta regresiva de diez los aventureros partieron desde Yerba Buena hacia Tafí del Valle. Debían recorrer más de 76 kilómetros para cumplir con el objetivo. La suerte estaba del lado de ellos. La mañana era aquella que todos hubiesen querido. Pero debían controlar bien el ritmo de carrera porque el camino era muy largo y había que aprovechar la luz del día para avanzar la mayor distancia posible porque cuando llegue la noche las cosas cambiarían mucho, más sabiendo que en La Cienaga la noche anterior había hecho - 8°. Sin embargo algunos de los que estaban en la largada sabían que la oscuridad y el frío los alcanzaría y sin embargo salieron. Durante el primer tramo de la carrera había que comenzar a hidratarse comiendo y bebiendo.
La primera parte de la carrera es fundamental controlarla muy bien ya que ahí puede estar el grave error de partir demasiado apresurado y luego fatigarse muy rápido cuando todavía queda más de 10 horas de competencia. Es por eso que algunos treparon tranquilamente el cerro San Javier, porque es la primera subida de las cinco que tiene la carrera. Desde San Javier las condiciones eran óptimas ya que el sol estaba a pleno y se había abandonado la oscuridad y frío del amanecer de Yerba Buena. El trayecto de San Javier hasta el Valle de la Sala era un tramo de recuperación para luego subir hasta la "Trepada del Telégrafo", hacer cumbre en "El Periquillo" y llegar hasta el Río Grande de "El Siambón". Desde este lugar partía un segundo grupo de corredores que eligieron recorrer una distancia menor (43 Km.).  El Río Grande fue una prueba muy exigente ya que para llegar hasta Anfama hay que cruzarlo 8 veces en menos de una hora con el agua estaba extremadamente fría que llegaba a la altura de las rodillas, a tal punto que luego de cruzarlo pasaban 30 minutos hasta que los corredores se sentían nuevamente bien.

Aquí se puede decir que comenzaba la parte más difícil de la expedición.  Hay dos maneras de llegar hasta Anfama: por "La cuesta de los caballos" que es una senda empinada pero más directa o subir por el viejo camino de 4x4 que es más largo pero más descansado. Aquí los que venían desde Yerba Buena comenzaban a sentir la fatiga y bajaban la marcha del trekking ya que luego los esperaba la subida más exigente de todo el circuito. Había que trepar la Cuesta de Anfama durante más de cuatro horas para poder hacer cumbre y girar hacia el valle de "La Cienaga" donde ya el agotamiento es importante y la cabeza le ordena al cuerpo que debe seguir bajo cualquier situación. En menos de 2 horas la temperatura bajó cerca de 12 grados por lo que todo este trayecto había que hacerlo con mucho abrigo para no pasarla mal. De todas maneras siempre estuvo todo previsto ya que la organización de EcoAtletas tenía equipo médico en la llegada, equipo de rescatistas en motos enduro con médicos y guías por si la situación lo llegara a requerir, que por cierto trabajaron de manera espectacular controlando el rastrillaje cerrando el circuito y controlando en los puestos de control el estado de cada uno de los corredores teniendo en cuenta que el médico es quien autoriza si puede seguir en carrera o no.
Al llegar al rancho de "Ayala" un café y un mate cocido caliente fueron los ingredientes necesarios para que los aventures o pongan todo de si para hacer este último y largo trayecto que es subir el valle de la ciénaga con un frío que se pone peor con el viento a 2.740 metros de altura. Pero todo cambia hasta el la cara de los aventureros cuando ya exhaustos de caminar de pronto ven las luces del valle de Tafí y la alegría se adueña de todos. Allí las lágrimas se asoman y se suelten en la llegada. Pero paraíso todavía falta bajar cerca de 600 metros de desnivel hasta llegar a la "Costa 1", camino por donde uno recorre mentalmente toda la carrera siente la satisfacción de haber atravesado una importante cadena montañosa  donde los recuerdos quedan para siempre o hasta que uno los vaya a buscar en la próxima edición el año siguiente.

Apostillas
La buena hidratación es fundamental en este tipo de carreras donde se puede estar corriendo durante más de 18 horas por las altas cumbres a condiciones climáticas con gran amplitud térmica donde se pone a prueba el físico y el espíritu de cada competidor, es por eso que hay que hidratarse cada 20 o 30 minutos de carrera ya que cuando se tiene mucha sed hay un comienzo de deshidratación.  
Muy intensa fue la tarea de los rescatistas en motos enduro y los médicos de la competencia ya que ellos fueron los que debieron asistir a algunas pocas personas que lo necesitaron, además pasaron la noche en medio de los cerros  ya que deben cerrar el circuito controlando que los competidores no se encuentren perdidos en la montaña.
Uno de los participantes se hizo amigo de un caballo que lo siguió durante casi todo el trayecto de la carrera. Lo mismo sucedió con un perro que cambiaba de equipo cada tanto y ofrecía seguridad a cambio de comida.
La solidaridad es el común denominador entre los aventureros ya que durante todo el trayecto se ayudan unos a otros, se convidan agua, comida, se prestan ropa, se apoyan se y dan aliento aunque no se conozca al participante del otro equipo, lo importante es llegar y todos aportan para esa misión aunque estén dentro de una competencia. Eso dignifica a este deporte. 

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