La idea de incluir o no un electrocardiograma como parte de las pruebas médicas a las que se someten los atletas es controvertida y se debate desde hace tiempo . Pese a sus posibles ventajas, los detractores argumentan en contra su elevado precio y el número significativo de 'falsos positivos' que puede dar.
Según el estudio, el coste estimado de este programa de prevención ronda los 30 euros por participante. La implantación de esta medida supondría un aumento evidente para los Sistemas Nacionales de Salud. No obstante, los partidarios señalan que no es nada comparado con la posibilidad de salvar vidas y de evitar las muertes súbitas en los deportistas.
La Sociedad Europea de Cardiología y el Comité Olímpico Internacional (COI) señalan la necesidad de realizar exámenes médicos a los atletas antes de que compitan, mientras que la Sociedad Americana del Corazón no apoya esta teoría.
De hecho, los países tampoco se ponen de acuerdo . Así, en gran parte de Europa y en Norteamérica, el reconocimiento a los deportistas se basa en hacer un historial completo del paciente, con los antecedentes familiares, y un examen físico.
Sin embargo, en Italia los individuos que quieren competir profesionalmente en alguna actividad deportiva también deben hacerse dos ECG.
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